jueves, 22 de septiembre de 2011

Polvo que espera...



“Venga tu Reino”. Ése es el lema de nuestra Asamblea de Distrito de este año que tuvimos el fin de semana pasado en esta ciudad. ¡Y cuánto lo necesitamos!

Sabíamos que iba a ser muy difícil que pudiéramos asistir los tres días pero igualmente hicimos todos los planes para estar presentes. Lamentablemente, sólo pudimos ir el primer día toda la familia. La salud de Damita se resintió, éramos varios miles reunidos y las crisis de pánico no tardaron en aparecer. Yo también estaba delicada, así es que Waldo se quedó cuidándonos el día sábado pero el domingo fue todo el programa.
El último discurso  del domingo nos lo pasó por teléfono Ezequiel, como Damita no pudo poner los altavoces de su celular, entonces nos acostamos en mi cama las dos con un auricular cada una. Lástima que no nos sacamos una foto: cada una con un cablecito, yo con el respirador…¡y Lulita roncando a los pies!

Gracias a Jehová ya estamos escuchando todo el programa en casa, es un arreglo muy amoroso el poder prestarnos el audio completo de la Asamblea.

Hoy llevamos a  Damita a otra doctora y estuvo más tranquila, sin tanta angustia. ¡Hasta pudo salir a predicar a la mañana y por la tarde! Ha sido una ráfaga de aire fresco verla mejor. Jehová conoce todas las cosas y sabemos que él dará la salida y las fuerzas para cada día.

Quería escribir algo, pero siento que no sale nada bonito. Pero escribir sigue siendo el lápiz que dibuja el alma, el sentir profundo e íntimo que no halla otra manera de expresarse. Y salió esto:


Polvo que espera…

Tierra quebradiza, de sol abrasada,
se desarman sus terrones en polvo reseco
cuando pasa el caminante por tan yermo paraje.

Ya no quedan lágrimas, reseca está el alma,
soy sólo polvo que lleva el viento…
pero sigo esperando la lluvia tardía…
sé que un día llegarán sus gotas
horadando polvo y sentimiento…

Déjame ser, Dios mío,
barro blando en tus manos,
que tu consuelo sea rocío mañanero
que calme la febril angustia.

Dame las fuerzas, por favor,
que no me deshaga en dolor.
“Ven de prisa, sí, en mi auxilio.” (*)

Sí, lo sé.
Sé que sólo por ti el vigor regresará
y este polvo reseco que soy, volverá
a vestirse de hierba fresca que
alegres flores silvestres lucirá.

Soy polvo que espera…
Tú eres la lluvia que ansía el alma…
sólo Tú nos darás la calma…


Nancy
22 - 09 -11


Sí, sólo Jehová mediante su Reino nos librará de todo dolor, físico, mental y emocional, dándonos abundancia de paz...

Ya falta un día menos…



(*)  Salmo 22:19:  “Pero tú, oh Jehová, oh no te mantengas lejos.
 Oh tú, fuerza mía, ven de prisa, sí, en mi auxilio.”

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Disfrutar de la rosa...







“Vivo cada cosa como un milagro, y lo disfruto como tal”, le dije a Waldo mientras caminábamos de la mano por una bulliciosa calle de la ciudad.
Pocos días atrás estaba internada en Unidad Coronaria y ahora, aunque delicada, pudimos salir un ratito al centro a comprar algo para nuestra próxima Asamblea de Distrito. Agradezco a Jehová por cada instante…y lo disfruto.
Fue una salida breve, como no puedo moverme mucho vamos y volvemos en taxi, pero fue gratificante caminar unas cuadras bajo el cálido sol de septiembre que llenó de flores los incontables lapachos que adornan esta agitada capital norteña. 

No sé si la gente se tomará un tiempito para mirar hacia arriba, a ese manto de flores bajo el cual caminamos…o aunque sea…si mirará a la alfombra rosada, amarilla o blanca de pequeñas flores que el viento va descolgando de las ramas que escoltan nuestro paso…es tan bello…pero la gente está tan apurada…corre y corre…no sé si se darán tiempo para disfrutar de estos regalos del cielo…creo que por ser tan cotidianos los dan por sentado…como dan por sentada la vida misma…y tal vez no la disfrutan…ni la agradecen…

Nuestros días siguen con una amplia gama de emociones, pintando paisajes con colores sombríos y otros con momentos llenos de luz y calma…como este en que les escribo mientras escucho feliz a Damita dar clases de piano a un matrimonio joven. Está luchando, es un guerrear permanente, no sólo de día a día, sino de minuto a minuto. Tiene momentos en que está mejor, como este…y los disfrutamos con el corazón…y damos gracias…
Aún no le dan de alta médica y aún no puede volver a clases en el Conservatorio. Pero ya puede ir saliendo un poco de casa, siempre acompañada, y caminar un poco entre la gente.
Oramos que podamos estar en la Asamblea, nuestras fuerzas son tan escasas…pero con la ayuda de Jehová rogamos poder estar todo el tiempo posible en esa gozosa, anhelada y necesitada ocasión.

Ha vuelto Septiembre y con él las flores y todos los pájaros. Y ha regresado el Zorzal (*). Me alegra tanto oírlo cantar de nuevo en su árbol frente a casa…es una caricia al corazón… 

Esta mañana me hicieron varios estudios vasculares, mañana nos darán los informes. Mientras estaba afuera, Lulita había protagonizado un show de ternura hermoso. En el jardín hay una maceta en forma de paila adonde ella le gusta ir a acostarse. Mi mami ya no sabe qué hacer para que la gordita no se suba allí y no le aplaste las plantitas que, al final, nunca pueden crecer. Para evitar que se eche ahí, le puso algunas ramitas y pedazos de madera atravesados en la maceta…¡pero lo mismo se echa encima de todo! Damita la filmó, les dejo el video  de esos momentos tiernos…

Al final de cada jornada solemos terminar agotados y buscamos fortalecernos leyendo algún artículo de nuestras revistas o un capítulo de la Biblia. Y recordamos las palabras del Cristo: “Suficiente para cada día es su propia maldad.”. Y cuando la incertidumbre por el mañana trata de abrumarnos, nos repetimos el sabio consejo:

Nunca se inquieten acerca del día siguiente,
 porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes.
 Suficiente para cada día es su propia maldad. 
(Mateo 6:34)


Sí, vamos viviendo el día a día, dándonos tiempo para disfrutar de los detalles de belleza y ternura que traen...disfrutando de la rosa, de su perfume y color,  más allá de sus espinas...



(*) Al Zorzal le escribí aquí:

http://paginasdenancy.blogspot.com/2008/12/zorzal-violines-y-mar.html



lunes, 5 de septiembre de 2011

Entre abismos y La Roca


A veces pareciera que viajamos por un estrecho camino sinuoso de montaña, con el abismo a un lado y las rocas por el otro, con tramos cortados por derrumbes, donde uno sólo puede aferrarse fuerte a La Roca mientras se trata de abrir sendero entre escombros.
O como dijo el salmista, nos toca andar por el valle de sombra profunda, pero aún entonces, sentir que Jehová va con nosotros y nos da calma en medio de tormentas.
Jehová sigue sosteniéndonos en medio de adversidades y cada vez es más literal el hecho de sólo por él vivimos. Él es La Roca adónde aferramos nuestra esperanza, confianza y corazón.

Como les dije anteriormente, tenía pendiente una visita a la cardióloga por fuertes dolores en el pecho. Bueno, finalmente fui el jueves pasado a consulta y me internó inmediatamente en Unidad Coronaria con un diagnóstico de Angina Inestable, (es una afección en la cual el corazón no recibe suficiente flujo de sangre y oxígeno y puede llevar a un ataque cardíaco). Permanecí internada hasta ayer, menos mal que me dieron de alta a pesar de ser día domingo.

La doctora se tomó el trabajo de imprimir la larga lista de medicamentos contraindicados en la Miastenia Gravis, uno de mis problemas, y pegó las hojas en un lugar visible para que todos pudieran verlas para tenerlo en cuenta en caso de emergencias. 
Se lamentó frustrada:

-¡No puedo darte nada de lo que necesitas! ¡No puedo hacer nada de todo lo que hace falta porque todo está contraindicado!

El enfermero le preguntó si me ponía una vía (suero endovenoso). Y ella le dijo:

- No tiene venas periféricas.
- ¿Le ponemos vía central? (en el cuello), insistió él.
- No puedo darle ningún medicamento…(le respondió apesadumbrada).

No sé por qué, pero en vez de preocuparme por lo que eso implicaba para mi salud, me daba más pena de la doctora, porque veía su preocupación sincera, frustración e impotencia por no poder ayudarme.
 
Gracias a Jehová ya estoy en casa, sólo puedo tomar dos aspirinas con el almuerzo, y mucho reposo…y esperar que llegue el Paraíso pronto…


Pasamos momentos de extrema angustia: Damita sigue delicada con internación domiciliaria, mi mami llora de dolor de sus brazos y hombros, mi papá apenas camina, Waldo lleno de cargas y yo internada en el sanatorio, menos mal que queda a sólo 2 cuadras de casa.  Estaba aislada, son unidades de cuidados intensivos y no permiten cuidadores ni visitas sólo en los horarios en que sirven las comidas para ayudarnos a comer.

He estado con episodios tan fuertes que muchas veces sentí que no saldría del cuadro, sólo trataba de tranquilizarme y orar mentalmente todo el tiempo y aunque sea nombrar a Jehová en voz alta…sentí cómo estuvo reclamando vez tras vez mi vida del seol.

Sé bien que este no es el tiempo en que Él termine con las enfermedades y la muerte y que tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos. Sólo pido fuerzas para aguantar en fidelidad hasta el fin y que cuide de mi familia. Él lo hace, todo el tiempo nos está dando una salida, y somos muy conscientes de que sólo podemos seguir por su bondad amorosa.

Anoche conversábamos con Waldo sobre cómo nos sentimos por toda la situación familiar. Me conmovió lo que dijo, con voz queda y los ojitos vidriosos:

- Muchas veces, era tan grande la angustia…y entendía mejor lo que Jesús sufrió al grado de que su sudor era como gotas de sangre…yo no tuve gotas de sangre…pero debo haber estado muy cerca…

Pero también, ambos coincidimos en que todas estas pruebas tan duras nos apegan más a Jehová y se acrecienta nuestra dependencia de Él.
Ahora sigue un largo y tedioso deambular por diferentes médicos para tratar de estabilizar la respiración y varios estudios para ver el estado de las arterias, aunque los más precisos no pueden hacerlos porque no los resistiría.
Esta vez estuve demasiado aislada y no podía hablar con nadie, ¡la señora que estaba a mi lado dormía todo el tiempo y no le podía predicar!
Pero al menos a una enfermera le pude dejar una revista y la invitación para nuestra próxima Asamblea de Distrito: Venga tu Reino.


Como no pudieron ponerme suero tenía los brazos libres (sólo estaba llena de cables en el pecho por monitoreo cardíaco), así es que pude terminar el saco a crochet y una bufanda haciendo juego. También hice un tapetito para alegrar a Damita, para que vaya juntando para armar luego su nido cuando vuele del nuestro. Le gustó mucho y ya lo puso en su escritorio.


Saco calado


Bufanda liviana

Tapete


Estuve leyendo el Salmo 119 que nos corresponde para esta semana. Es inevitable contener las lágrimas en varios versos. Tengo que acostarme, a modo de despedida les dejo algunos de esos textos que expresan el sentir propio mejor que uno mismo:


Mi alma ha estado pegada al mismísimo polvo.
Consérvame vivo conforme a tu palabra. (vs:25)

Acuérdate de la palabra a tu siervo, la cual me has hecho esperar.
Esta es mi consuelo en mi aflicción, porque tu propio dicho me ha conservado vivo. ( vs:49-50)
Mi alma está constantemente en la palma de mi mano;
pero tu ley no he olvidado. (vs:109)
Si tu ley no hubiera sido aquello con lo que estoy encariñado,
entonces habría perecido en mi aflicción. ( vs:92)